Un día te das cuenta, que siempre estaba ahí, que no lo podías ignorar, y que todo el tiempo que pasó desde ese momento, era perdido. Nunca lo admitiste, siempre te gustó, siempre fue tu gran debilidad. Y ahora que lo conseguiste admitir, ya no hay marcha atrás. Ya no puedes hacer nada para conseguirlo.
Los placeres violentos terminan en la violencia,
y tienen en su triunfo su propia muerte,
del mismo modo que se consumen el fuego y la pólvora,
en un beso, voraz.
Shakespeare.
Me gusta mucho.
ResponderEliminarSobre todo la frase del final (:
Un beso♥